San Martin Texmelucan, Pue. Se calcula que se desperdician 8 litros de agua por
segundo de los manantiales que se encuentran ubicados en pleno centro de la
comunidad de El Moral, que están abandonados y sucios, manifestó el Comisariado
Ejidal, Juan Juárez Huesca, quien aseguro que al asumir dicho cargo se dará a
la tarea de rescatarlos y poner en marcha un proyecto que beneficia a los
ejidatarios.
En entrevista, indicó que los manantiales hace años
fueron parte del ejido y el agua que nacía de los manantiales servía para regar
las parcelas de los campesinos de las comunidades aledañas como San Lucas Atoyatenco,
San Baltazar Temaxcalac, Santa María Moyotzingo y El Moral, sin embargo con el
paso de los años y el crecimiento de la mancha urbana quedaron abandonados.
Por lo que actualmente, dijo Juan Juárez Huesca, son
cuatro puntos donde se ha detectado que aún sigue naciendo el agua de los manantiales, pero al no ser utilizada,
el líquido sale por un canal para vértirce al rio Acotzala, donde se mezclan
con las aguas contaminadas y terminan por desperdiciarse, además de que los
manantiales se encuentran abandonados y sucios porque están fueron descuidados
por los propios ejidatarios.
Ante la situación, expresó el comisariado, se ha
solicitado a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) que dichos manantiales
sean devueltos al ejido de el Moral con la finalidad de poner en marcha el
proyecto de un truchero, donde el agua
se pueda utilizar para la producción y comercialización de la trucha, así para
que la zona pueda ser protegida y cuidada por los campesinos.
Finalmente, Juan Juárez Huesca, subrayó que para
lograrlo, primero tienen que regularizar jurídicamente los manantiales, es
decir solicitar a la federación a través de Conagua que les sea devuelto y
tener la documentación necesaria que avale que quedan a resguardo del ejido de
El Moral, trámite que puede durar un año, por lo que hay esperar, sin embargo
la limpieza de los mismos se tiene que hacer a la brevedad para no tener una
mala imagen de dicha zona ecológica.
Por: Ascención Benítez Sánchez.
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